Si quisiéramos una definición específica de la palabra cultura y sociedad, seguramente acabaríamos encontrándola en la humanidad misma y todo de lo que esta se compone. Los grupos sociales han sido la base dinamizadora del avance alcanzado por el hombre, y la cultura el efecto secundario o producto intangible mas valioso de este cuantioso recorrido.
Hoy día, la cultura es percibida por muchos de una manera distorsionada. Las palabras cultura y modernidad pareciesen pugnarse entre sí. Si se les menciona lo cultural, pensarían que se tocara un tema pretérito o simplemente aburrido. Como si un ministerio de cultura y un inquilinato, tuvieran el mismo objetivo; velar por lo más antiguo de nuestra sociedad. Pero por el contrario la cultura es la constante evolución; el efecto que ese pasado genera en nuestras costumbres actuales, las cuales serán la base para los hábitos del mañana.
La diferencia entre un hombre culto y un hombre inculto solo tendría respuesta en una sociedad determinada. Si mirásemos las normas de dos grupos sociales con culturas totalmente desiguales. Posiblemente ese sujeto que llamamos inculto, entre nuestra primera cultura determinada, en la segunda; por poseer procesos culturales diferentes, este hombre inculto no seria visto de la misma manera. Precisamente la sociedad a la cual pertenecemos como individuos, es donde se nos impone el camino, las normas y necesidades con las cuales desarrollamos nuestro entorno de vida.
Nuestras necesidades, son en principio el punto clave del porqué pertenecemos a una sociedad y del porqué, mas como un hecho inconsciente, nos adaptamos interminablemente a las condiciones de nuestro contexto. En busca de la anhelada aceptación social.
El hombre y la cultura han sido y serán siempre, un equipo inseparable. En el futuro; lo que hoy llamamos patrimonio inmaterial se perpetuará como nuestro mayor tesoro. La cultura sea cual sea su denominación es inextinguible. Como la materia; no puede morir, solo se transforma. En nuestro caso; evoluciona. Cada hombre es un enriquecedor de la cultura, aunque su grupo social desapareciese, nos queda en la memoria que mientras exista un hombre en la tierra, habitará en él la cultura.
Por: Emilio Obando
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